Tardes maravillosas, fresquitas y como se nota que cada vez son mas cortitas. Las tormentas están haciendo acto de presencia estos días por tierras manchegas, gracias que no hacen muchos destrozos en el campo, es más ruido que otra cosa.
El cielo está precioso, y lástima que no podáis percibir el olor a lluvia y tierra mojada, me relaja tanto. Yo aprovecho estas tardes y por fin (que ganas tenía), he sacado de nuevo la cesta con las agujas y la lana, es un proyecto pequeño pero tenía tantas ganas de coger de nuevo el punto.
Tenía un ovillo de lana guardado en el armario y visitando blogs pues cogí la idea, haré un almohadón pequeño de ochos, no sabía que hacer con ese ovillo que me sobró de otro proyecto anterior y la idea me encantó, es un blog con encanto, como a mi me gustan, sencillo y una cantidad de proyectos chulísimos, os dejo el enlace para que lo visitéis, merece la pena
mias landliv.
Volvemos a la normalidad, es inevitable, se percibe en el ambiente, en las calles, los supermercados e incluso en las comidas, en verano es todo más ligero, por eso hoy me apetecía encender el horno y hacer un buen pescado, lo echaba de menos.
Pues en primer lugar un buena cama de patatas, con cebolla y guisantes, yo siempre lo pongo en una sartén primero y le añado sal y pimienta.
Esta vez compré rodaballo, estaba fresquísimo y exquisito, como veis en la pescadería le dieron unos buenos cortes a los lomos y como toque final le añadí sidra, bastante, sin miedo.
Puse el horno a una temperatura bajita 180º, unos 45 minutos, y mirar que pinta más estupenda, estaba de infarto.
Bueno chicas, deciros que mil gracias por vuestros comentarios me hacen muchísima ilusión, nos vemos pronto y cuidaros, besos